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La Femme

Soy mujer, soy de hiel, soy de miel, soy de piel, debilidad y poder, fuego que quema. Soy verdad, soy error, soy perdón, soy rencor, insensatez y razón, frío que hiela... Sabia intuición, imprudente pasión, soy así, riesgo y temor soy aliento y calor para ti...

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28 febrero 2007

De fritos y golosinas...



Se llama Connor, tiene 8 años y está hecho un toro, un toro de 89 kilos y sin cornamenta, un becerrillo, vamos. Connor es un niño inglés que padece obesidad, a cuya madre han querido retirar la custodia del mismo por el estado físico en el que se encuentra su hijo, es decir, gordo como un tonel. Al loro con los datos:

- El niño melón basa su dieta en un alimento hipocalórico y sano donde los haya: las patatas fritas (fritas en manqtequilla o a saber, que la dieta mediterránea no es muy dada en Londres)


- Come una bolsa de snacks (gusanitos de toda la vida) cada 20 minutos, ¡tela marinera! Los currantes de Matutano tienen la jubilación asegurada.


- Es un devoto de las hamburguesas, pasteles de carne y refrescos, un portneto de McDonald's.



Es decir, que si a Connor le pusieran delante una coliflor y la confundiría con la peluca de la abuela. Que quieren que les diga, con todo mi respeto a los entraditos en carnes (la presente no está ni mucho menos delgada y la curvita de la felicidad me resulta bastante atractiva), este engendro y su mamuchi no me inspiran ninguna lástima. Que ya nos pongamos en la tesitura de quitarle la guardia y custodia del "pequeño" a la sufrida madre me parece exagerado, pero no estaría de más que, a la hora de reeducar a este chaval sobre lo que tiene que comer sí o sí, si quiere llegar a los 20 años, a la madre le hicieran dar un repaso al diccionario para revisar de lo que significa la palabra RESPONSABILIDAD. Y es que la sufrida progenitora, alega que la comadreja que tiene por hijo se niega a comer fruta y verdura, y que no es plan de matar de hambre a esa bolita que es sangre de su sangre, carne de su carne ( porque aquí carne sobra), si no quiere comer lo que debe y se harta solo con lo que quiere, y pitos y flautas.

Señora, no se como funcionará esto de la gastronomía "made in home" en cultura anglosajona, pero en mi casa, y creo que en la de la mayoría de los hogares españoles, la frase "te lo comes o lo vas a tener para merendar, y si no para cenar" ha estado y sigue estando a la orden del día. Es decir, que si a mi hijo le doy solo tigretones y bocatas de choped porque es lo que le gusta, no sólo le convierto en un pequeño tirano, sino que también doy lugar a que se ponga como una foca monje a la que respirar le suponga lo que a Pavarotti competir con Carl Lewis en una carrera de fondo: un imposible. Y de aquí, otro apunte: un chaval de 8 años necesita hacer deporte; que sepamos, el sillon-ball no ha sido reconocido como tal todavía, mal que les pese a muchos. Pero...¿y si el niño busca comida fuera de casa? Fácil solución: ¡no le de dinero para conseguirla! Aunque quién sabe, todo sea que llegados a este extremo, se ponga a robar tartas en plan Yogui.