Hasta cuando...
Shhhh... Silencio... La nada que se acerca. Arrastra su velo negro y sigilosamente comienza a a envolverte: empieza por los pies y avanza, se detiene en tus largas piernas degustando cada centímetro de piel, de vida, y oprimiendo tu cintura llega hasta el pecho.... Allí, su mordaza se estrecha aún más anudando todos tus sentidos, poco a poco, pausado, lento, imagen y tiempo se congelan para prolongar el principio de la agonía hasta que la voz se quiebra, se apaga, emitiendo un último sonido:
"Suéltame, nostalgia, suéltame..."
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