Confesiones

Ya no tengo por qué encriptarme, disfrazar las palabras o metaforear, ya no... Quizá ahora me siento más libre para poder decir que hoy te eché de menos, que esta noche volviste a mis sueños imprevisiblemente en forma de carta, tan real, tan ficticia... Tal vez ahora "soy más libre" porque no me siento expuesta a ti, me he quitado esas cadenas. No era cobardía, anteriormente te nombré en varios escritos, quizás más veces de las que hubiese deseado, pero no, sabes de sobra que no soy cobarde... Tal vez fuese dignidad, seguramente. Dignidad envuelta en dosis de fuerzas que inyectarme a mi misma a través de confesiones indirectas, de literatura, mi vía de escape, una forma de desahogarme sin que fuera muy obvio que seguía sufriendo a tus ojos.

Haciendo un ejercicio de racionalidad, hoy cogí al grabadora y enumeré las cosas que echaba de menos de ti. Trataba de escuchar, ya no en mi cabeza, si no desde fuera, qué diablos es lo que hace que no pase un día sin que vuelvas a mi mente, como las olas, con mayor o menor intensidad, todavía vas y vienes... Entonces rebobiné.Hoy lloré escuchándome mientras lloraba, pero, curiosamente, no siento tristeza...