Inspiración, toma 1

Invéntame un país, toma unas alas para llevarnos y un puñado caricias para el trayecto.
Procura que tus manos se empapen de la tibieza de las nubes para recorrer con ellas mi cuerpo. Intenta que tus ojos retengan en el trayecto cada imagen para mostrarme, con besos, la belleza capturada de ríos, montañas, pueblos y ciudades. Enséñame que lo que existe entre la ruina y la prosperidad es mero equilibrio para no perder la fe en la justicia. Amarra entonces cada momento juntos con los lazos de la memoria y endulza los recuerdos con lágrimas de maná y miel, con lágrimas de alegría. Yo procuraré que tus sentidos retengan el sonido de mi voz, que persistirá en el tiempo para guarecerte en las noches más frías. Rechazar lo obvio de todo lo visible, atreverse a derribar el muro de lo invisible, y en ese país inventado, hacerme un hueco para cerrar los ojos y estar allí, contigo, siempre que quiera.